Las japonesas tienen una piel envidiable y son conocidas por sus largas y delicadas rutinas de belleza, las cuales pueden llegar a durar mas de treinta minutos. Vamos a copiar un procedimiento de su rutina que va estupendamente para la piel, pero no nos engañemos, no vamos a conseguir la misma piel que una japonesa fundamentalmente por que no somos asiáticas y por que no nos aplicamos despigmentantes como rutina habitual así que olvidate de ir por la vida con la piel como una geisha, eso no va a pasar. Supongo que ahora mismo el aura de cerezos en flor y puentes de madera sobre hermosos jardines te rodea, pues baja de esa nube que vamos al lío. El procedimiento que siguen tiene su explicacion y se basa en disolver cada sustancia con lo que le es mas afín, osea lo graso con lo graso y lo acuaso con lo acuoso. Pero como no queremos que se nos quede la cara pringosa lo cambiamos por un tensioactivo (jabón para los amigos). Un dato importante es que el agua debe estar templa